Agobia la resequedad tanto que duele la nariz y después de un baño no es necesario secarse porque el agua se evapora inmediatamente. Cuando se está a cincuenta grados de temperatura solo se puede pensar en lo que uno ha hecho para merecer tanto calor, aunque se esté en uno de los lugares más alucinantes… Sigue leyendo Las dunas y las estrellas en Marruecos